sábado, 15 de mayo de 2010

La voz del pecado


Èl es la tentación en persona,


señor de la noche.

Dulce poeta enamorado,
las musas no traen su inspiración, pues él inspira a las musas.

Las enamora con su canto,
una mirada,
una sonrisa
y todas caen rendidas.

Él lleva la miel en sus labios,
dulce miel de mi perdición.

Manos atentas tiene,
sus caricias producen escalofríos.

Oscura voz melancólica
con la que recita bellas melodías.

Llora penas a su damisela,
que lleva su corazón de un hilo colgando,
canta nanas para ella,
bajo el árbol de su balcón,
llorando
y no duerme pidiéndole a Dios
la suave caricia de su amada,
la que esconde en sueños
bajo su almohada,
la que quita el sueño
al pobre juglar.

-Mi dulce locura-

 

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