martes, 31 de agosto de 2010

Little love.



Si cada caricia de mis manos en tu rostro fuera aliento, que mis pulmones queden vacíos y mis labios enmudezcan insaciables.
Porque si tu rostro yaciera pálido y necesitado de cariño, mi último soplo de vida sería tuyo y si me pidieras un te quiero mis últimas palabras antes de abandonar este mundo serían tuyas.
Porque si murieras de sed , mis ojos quedarían secos para que al menos pudieras beber estas amargas lágrimas, aunque no sea lo mejor que puedan tomar tus labios.
Porque si me lo pidieras me amarraría a ti aunque las ataduras me hicieran llagas en la piel.
Porque las garras se vuelvan yemas y los desgarros en mi piel se vuelvan caricias en la tuya.
Porque el bocado más doloroso se convierta en el beso más dulce que yo pueda darte.
Porque me arrancaría la sonrisa y sujetada con chinchetas estaría para que simplemente vieras lo feliz que soy a tu lado, aunque simplemente no me hicieran falta.
Porque necesito que estés conmigo en esto y que lo nuestro sea como un deseo bien guardado en un bonito papel de plata cubierto de besos.
Porque quiero que me agarres de un dedo y no me sueltes, como hacen los bebés, antes de caer rendidos al más bonito de los sueños.
Porque quiero que me des la mano en todo momento, que me mires a los ojos y con cada beso que te regalo sepas que va mi vida entera en él, exclusivamente para ti.
Porque sin ti probablemente yo no tendría sentido ni la poca cordura que me queda.
Porque debes saber que cada centímetro de mi piel te pertenece y necesita.
Porque simplemente lo único que realmente necesito es que sepas lo mucho que te amo.



Little

Too tired.


Me cansé de ti, de que no me amaras, de que ni siquiera me miraras de verdad a los ojos mientras yo te daba la vida con ellos. Me cansé de respirar del humo de tus ropas, de beber el veneno en tu saliva y escupir la droga que me daban tus labios, que me hacia adicta a ti. Me cansé de darte amor hasta quedarme vacía, mientras que lo único que hacía era alimentarte el vicio. Me cansé de tu cara de poker cariño, por eso ahora te digo adiós.

Océano de lágrimas.



La tristeza enmudeció sus labios, más palabra alguna no conseguí oír de ella, congelados sus ojos yacían, en un aura de hielo macizo, deseando que tal llama de fuego los encontraran y derritieran aquella soledad que la mataba por dentro. Creo que solo oí su voz una vez, aunque tarareando algo con el viento, sutilmente entrecortada por el llanto, ronca de gritas en su garganta, desgastada cual textura del tronco de un árbol. Yo creo que siempre deseó ser escuchada, más ninguno de vosotros se atrevió a mirarla a los ojos como yo lo hice. Ahora vagará por un tal vez, ya casualmente desilachado y sin rumbo, qué se yo donde estará y si su pena habrá cesado o habrá muerto de ella. Pobre niña dulce, moribunda de cariño, anhelaba ser amada, ser querida, acariciada por unas yemas de unos dedos cuidadosos y atentos. Ahora tal vez baraje yo otra posibilidad en su existencia, puede que duerma mecida por el viejo viento de oriente, buscando un susurro, un aliento que le indique por donde deba seguir vagando. Recuerdo sus ojos grises, donde podía yo sumergirme horas y horas, como si de un océano frío y enorme se tratase, tan tristes que no encontré vida alguna, ni un pececillo, solo la enorme cantidad de agua que sus lágrimas habían acabado formando. Ahora no hay noche que consiga conciliar yo el sueño, pensando en ella, me preocupa el que será o el que seré yo algún día sin el océano de sus ojos, tal vez me asfixie en este vaso de agua, en esta urna de cristal.

Resignada a amar.


Color plata pinta sus ojos
para destacar entre las miradas
y el carmin de sus labios
esconden una sonrisa desganada.

Ya no le quedan chichetas para sostenerla.

Llamativas prendas luce
y con buena fe siempre sale
despues de una caida más,
después de que sus ropas quedaran echas retales.

Como maldicion de los infiernos
lo lleva clavado en el pecho
nacido del diablo parece
y tras la oscura melena que le crece
sonrisa de poker siempre usa,
con ella te pica , cual medusa
que en su tela de araña te enredas
hasta que finalmente atrapada te quedas.

Ya sean divinos tus ojos,
o deslumbrarte tu sonrisa
que ningun caso le presta a tus encantos
y como hormiga indefensa te pisa.

Enferma de cansancio se encuentra
para el ella solo es polvo que se esfuma,
poca cosa le parece
cual tabaco al viento que se fuma.

Y despues de otra derrota
despues de otro tiempo transcurrido
pobre incredula llega a casa,
rota y con el corazon malerido.

De oscuro pinta sus labios secos
con carbon negro de luto,
sedientos de un nuevo beso
desde aquel último, que bien le supo.
Carbon negro cuales cabellos le cuelgan,
que a su pobre diablo siempre le recuerdan.

Con una guitarra vieja
siempre ella es comparada
rotas ya están las cuerdas
de sus costillas desgarradas.

Lo unico valioso que comparar
son sus curvas de mujer
pues hueca la dejaron cual guitarra
pues su corazon nunca le quiso devolver.

Aun asi conserva el aliento
pues un amor secreto posee
y aunque la aman dando la vida
solo tiene ojos para el.

Se esfuerza en escupir el veneno
que un dia le dió a beber
para por fin entregarse a los brazos
de su pobre amante fiel.

Y aunque a los otros brazos corriera
y nunca les faltara el querer
siempre un secreto serian
y de lo suyo nadie podria saber
porque en pecado se amaron
cual maldicion le seguia a la pobre mujer
que llorandole a la luna
sola por siempre se quiso ver.

Ella nunca supo rimar , simplemente nació para amar.

Alma descosida
busca dulces manos costureras
para reparar un pobre corazón roto
que atentamente le espera.


Colour Paradise



Apenas aprendí a conocí las múltiples texturas que la vida me mostró salí a la calle.
Había esperado aquel día tanto tiempo, tantas ansias, tanta ilusión.
Y cuando salí, de aquel sitio oscuro y abrí los ojos...
Las motas de polvo que cubrían mis ropas se desprendieron de ellas y volaron, en un soplo mágico,
como si de desnudar dientes de león se tratase.
Me descalcé de mis pequeños zapatos de charol, me puse de puntillas y por primera vez abrí los ojos, quería sentirme por todo lo alto
cuando descubriera el mundo real.
Pero entonces todo se volvió gris de nuevo.
Aquel mundo no era tal y como yo lo había imaginado.
No sentí el aroma de la felicidad , los colores.
Sentí la desilusión,y por primera vez, dos lágrimas color plata rodaron por mis mejillas.
Y yo creyendo que el mundo era tal y como en mis dibujos.
Aquello tenía una ausencia de color enorme.
Y yo no iva a permitirlo.
Volví a la puerta y entré de nuevo, rauda y veloz, cogí mis temperas y muchos cubos de agua, unos 7 y cuando terminé de ponerlos fuera
eché un color en cada uno.
Entonces cogí la brocha grande, y pinté el aire, pr
imero de rojo, de rojo pasión, como el color de los labios de las señoras mayores, ese tan bonito y perfilado.
Me horroricé al principio, pues quedé salpicada de rojo, mi blanca camisa, mis pequeñas piernas y manos,
y mi imaginación voló por mal camino.
Pero me reí de mi propia estupidez y continué.
Cogí el naranja mandarina, y pinté la hierba, mi nariz y pinté el cielo.
A continuación cogí el amarillo, y pinté las nubes, pinté la mitad de la casa de madera, pinté los arándanos y pinté a las hormigas.
Algo más ilusionada y pringada de pintura de varios colores continué con el verde.
Coloreé los ojos de las personas, mis manos, el tronco de los arboles, las ventanas y las piedras, todas ellas de un verde limón precioso.
Cogí el azul, mi preferido, mi azul cielo, pinté las sonrisas y corregí las muecas tristes de todo aquel que vi.
Luego cogí el morado al que usé en el sol
, para darle un tono más oscuro y diferente.
Por último cogí el rosa , pinté todos los cristales de las tiendas, las campanas de la iglesia, corrí tras las mariposas, los grillos, incluso las golondrinas quedaron inmaculadamente rosadas.

Y cuando terminé, miré aquel mundo lleno de manchas de colores, unos colores cambiados sí, pero a mi me gustaban.
Creí que mamá me echaría una buena bronca, pero para mi asombro encontré a mama, con el pelo verde, la sonrisa azul marino y los pies naranjas.
Fue tan cómico y divertido verla así
que al mirarla a sus ojos morados comprendí que a ella también le había encantado mi invento.

Entonces cuando las doradas nubes empezaron a bañarnos a todos los colores, agua cristalina que lo borró todo y un río de colores
corrió calle abajo llevándoselo todo, mezclando los diferentes tonos, llevándose todo aquel arco iris tan maravarilloso.
Entonces, cuando mi trabajo quedó echo trizas, me fui a casa y me escondí entre mis sábanas, mis suaves sábanas blancas.
A la mañana siguiente me levanté de
la cama con los ojos cerrados y a tientas.
Llamé a mamá entusiasmada y le pedí un pequeño favor.
Una a una, con tal delicadeza, tan y como se lo pedí.
Mamá me pintó las pestañas de colores, rojas, naranjas, amarillas, verdes, azules, moradas y rosas.
Todas juntas y mezcladas.
Y cuando me abrió la puerta empapada aún, pues la lluvia no cesaba, agarré mi paraguas blanco, y abrí los ojos.

Fue entonces cuando una felicidad enorme recorrió mi cara y todo mi cuerpo, aquel nuevo invento funcionaba de verdad.
Ya no había lluvia que borrara mi sueño, porque para mis ojos la lluvia era ahora de colores, y lo empapaba todo, coloreandolo todo a su gusto.


Y reí, y salte. bajo aquel paraguas blanco, ahora empapado de felicidad.


Cuando los colores se te acaben y lo veas todo negro, haz como yo, pintate las pestañas y vive tu propio sueño tal y como tú quieras verlo.

Jaulas de humo

Anhelo ser algo especial en la vida, algo más que una mota en tus ojos, algo más que una piedra en tu camino. Mientras tanto me consumo en esta bolsa de aire, de un espero humo negro que no me deja ver más allá de lo plastificado, más allá de lo real.

Absurda ilusión me ronda la mente, poder yo romper con una simple aguja esta urna , esta jaula de frío hielo, este barullo de cuerdas que atan mis manos, estos hilos que pretenden volverme marioneta.


Poseer yo, absurda mortal , tal aguja mágica capaz de explotar, romper mi espejo de realidad expulsar todo ese humo, y que fuera de toda esta cárcel deje de ser veneno lo que respire, si no brillante polvo de hadas.

Abrir mis ojos, mi alma, mi espíritu. Salir de puntillas, sin hacer ruido. Poder sentir la magia en mis pulmones. Expulsarla en un aliento embrujado y sonreír como nunca lo hice.
Desenreda mis hilos, que mi alma nació para ser libre, como una oscura golondrina al viento, como un pez en su hábitat de origen.

Quítate tú también la venda que te apaga los párpados, que te esconde lo prohibido. Tal vez sea lo realmente fantástico, lo que te queda por descubrir, tu última pieza, llámalo como quieras

Desatémosnos los cordones, descalcémonos por los escalones, corramos por ciudades, playas, ríos, orillas y manantiales, sintamos el frío, el miedo de caminar entre fuego, entre oscuridad, la felicidad de poseer una vieja orilla solo para nosotros, una única vida, una nueva oportunidad a la que nos abrimos paso.

Volemos , saltemos, entre nubes de algodón, de azúcar trenzada, rodemos colina abajo, descubramos juntos que estamos echos del mismo material.
Puedo ver reflejada en tus ojos la curiosidad, puedo respirar tus ansias por descubrir, de arender nuevas cosas que amar, que odiar, nuevos motivos por los que llorar y sonreiír.

Juntos somos uno, juntos somos persona, imagen, dibujo, somos acción y movimiento, somos amor y odio al mismo tiempo.

Deja que la hierba te haga cosquillas en los pies y no te aguantes, sonríe, riamos a carcajadas juntos, atrapa los rayos del sol con las manos, regalame tu bonita sonrisa.

Ayudame a pintar mi mundo de amarillos, de púrpuras brillantes y de amarillos verdosos.
Déjame pintar tu rostro de rosas pálidos, de sonrisas enormes que desgarren tus labios, de lágrimas que desborden tus párpados.

Pinta conmigo un mundo de acuarelas, de agua, de nubes de colores. Acaricia mis pestañas con las tuyas, puedo ver el brillo en tus ojos, la ilusión en tu vida. Mírame y cumple este deseo: Ámame como yo te amo, pero no olvides esto otro: nunca dejes de soñar, ni por mi, mi por nadie ni nada, que nada pueda cortarte las alas, que nadie nunca pueda borrarte la sonrisa.