lunes, 15 de noviembre de 2010
























Por los viajes que los mágicos aires nos regalaron, por los tropecientos besos que su piel me ofreció, por las palabras que quedaron selladas en mis labios por no rasgar el silencio.
Por tal cúmulo de sensaciones que en mis cinco sentidos despertaron, por cada pestañeo de sus ojos y por cada espera de mis labios justo antes de toparme con los suyos. Por todo eso le amé y por todo eso prefiero olvidarle.
















Y es que tiene carita de algodón, ojos de rayito de luna y huele a chocolate caliente. Ponme tus bracitos a modo de asa, que te beba poquito a poquito, dulce y calentita corriéndome por la garganta, despacito, quitándome las penas. Tiene también carita de gatito abandonado y sonrisa de ardilla traviesa, tiene magia en sus mejillas y con besitos de gnomo ella besa.

Señorita, labios de fresa: Déjeme ser su presa.























Por aquellas promesas que quedaron simplemente escritas, promesas que volaron junto a los ángeles y nos llenaron el corazón de felicidad y esperanza. Pero los hilos de estas promesas que poco a poco fuimos tejiendo se deshicieron con el tiempo, dejando nuestro mundo echo un tal vez, que puedo haber sido y no fue. Los pétalos de las mil rosas que te entregué marchitaron bajo la espesa niebla y fueron arrastrados por un sucio viento cargado de mentiras y podridas hojas de otoño. Tú y yo nunca nacimos para ser uno y ahora lo sé. Las lágrimas al principio dolieron, tan amargas como un punzón sobre mi pecho, pero me enseñaron a amar mi propio ser,me demostraron que esta vida solo es un camino lleno de baches, pero también nos muestra un hermoso prado de flores para elegir. Tiene flores de todo tipo, vivas amapolas, despiertos girasoles. pequeñas campanillas que alegraron mis días, incluso bellas rosas que resultaron esconder espinas.

No quiero más rosas de las que cuidar, porque tarde o temprano terminaran desgarrándome el alma. Fue bonito, una buena experiencia de la que aprender, pero siento decirte que tarde o temprano te agradezco tu adiós. Me hiciste abrir los ojos de una forma inmediata, similar a un par de bofetadas. Ahora se con que piedras no tropezar, ahora se de que pie cojeo. Que te vaya bonito, fue lindo el conocerte.

Smoking the pain

























El humo al menos conseguía regalarle una sensación similar al recorrido que él trazaba con sus manos en pecho. Ahora este lo hacía en su interior, en cada recoveco de su garganta, en sus pulmones, conseguía reventarle los bronquios en cada calada.
Por suerte a ella solo conseguía hacerle cosquillas. ya nada podía compararse al terrible dolor que le supuso que le arrancaran su intermitente órgano, su pequeño bombeante, ya desgastado: su remendado corazón.