sábado, 15 de mayo de 2010


♥En 1924 un medico llamado Fransua Boasent enumeró una a una todas las anomalías físicas y mentales que se producen cuando una persona se enamora.
Al principio, afirmaba Boasent, el enamoramiento tiene numerosas simil

itudes con procesos gripales, estado febril, dilatación de pupilas, palpitaciones, sudoración temperatura alta y disminución de pensamiento periférico.
El mal de amores cursa los primeros días como un catarro pero a lo bestia, hasta que el paciente se habitúa a la presencia de la persona amada, después los síntomas, en lugar de remitir como sucede en los procesos gripales, se multiplican. El enamorado pierde el apetito, pasa las noches en vela con gran ansiedad y se entrega al aislamiento y a la soledad, y aunque el paciente sabe lo que le está pasando, no hay antibiótico ni antigripal que le alivie, la vida sin la persona amada se convierte entonces en un infierno.
En función del organismo afectado, su periodo de recuperación puede ser de unos días o convertirse en una enfermedad crónica, un desasosiego para toda la vida.

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