lunes, 15 de noviembre de 2010
























Por aquellas promesas que quedaron simplemente escritas, promesas que volaron junto a los ángeles y nos llenaron el corazón de felicidad y esperanza. Pero los hilos de estas promesas que poco a poco fuimos tejiendo se deshicieron con el tiempo, dejando nuestro mundo echo un tal vez, que puedo haber sido y no fue. Los pétalos de las mil rosas que te entregué marchitaron bajo la espesa niebla y fueron arrastrados por un sucio viento cargado de mentiras y podridas hojas de otoño. Tú y yo nunca nacimos para ser uno y ahora lo sé. Las lágrimas al principio dolieron, tan amargas como un punzón sobre mi pecho, pero me enseñaron a amar mi propio ser,me demostraron que esta vida solo es un camino lleno de baches, pero también nos muestra un hermoso prado de flores para elegir. Tiene flores de todo tipo, vivas amapolas, despiertos girasoles. pequeñas campanillas que alegraron mis días, incluso bellas rosas que resultaron esconder espinas.

No quiero más rosas de las que cuidar, porque tarde o temprano terminaran desgarrándome el alma. Fue bonito, una buena experiencia de la que aprender, pero siento decirte que tarde o temprano te agradezco tu adiós. Me hiciste abrir los ojos de una forma inmediata, similar a un par de bofetadas. Ahora se con que piedras no tropezar, ahora se de que pie cojeo. Que te vaya bonito, fue lindo el conocerte.

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